Katsushika Hokusai, el maestro del ukiyo-e
Katsushika Hokusai (葛飾北斎) es uno de los artistas más destacados del período Edo, conocido principalmente por sus obras ukiyo-e (浮世絵) y su extenso catálogo de creaciones, unas 34.000 obras. Seguramente conocéis algunas de sus obras, como La gran ola de Kanagawa (神奈川沖浪裏).
Hokusai no dejó de crear hasta su muerte. Se sabe que vivió una vida larga —llegó a los 90 años, una edad impresionante para la época— y llena de eventos dramáticos, como la muerte de algunos de sus hijos y de sus dos esposas, hechos que marcaron su obra.
De pequeño, fue adoptado por Nakajima Ise, un fabricante de espejos en Edo (actual Tokio). Esto y, más adelante, su trabajo como aprendiz de grabador en una librería acercaron al joven artista al estilo ukiyo-e, por el cual más adelante sería reconocido. Comenzó su carrera como artista ukiyo-e a la edad de 19 años, estudiando con Katsukawa Shunsho, director de la escuela Katsukawa. Durante 70 años, desde 1779 hasta 1849, Katsushika Hokusai estudió todo tipo de gestos humanos y figuras históricas, incluidas cortesanas, sumo. luchadores, actores… Paisajes como el monte Fuji, cascadas, puentes, insectos, pájaros, flores, edificios, herramientas budistas…
Entre sus obras más conocidas está Treinta y seis vistas del monte Fuji (富嶽三十六景). Una serie de 36 estampas, a las que después se añadieron 10 más, representando el monte Fuji desde diferentes puntos de vista. La gran ola de Kanagawa es una de ellas. Otra obra significativa de Katsushika Hokusai es el Hokusai Manga (北斎漫画): una colección de más de 4.000 dibujos de animales, plantas y escenas de la vida cotidiana, compilados en 15 volúmenes con un toque humorístico.
El ukiyo-e, traducido como “imágenes del mundo flotante”, es un estilo de arte japonés en forma de estampas realizadas mediante planchas de madera. Estas capturaban escenas de la vida diaria, paisajes, actores de kabuki, entre otros. El sexo también aparecía de manera frecuente en estos grabados, conocidos como shunga (春画). El ukiyo-e era un tipo de arte accesible y popular entre la clase media en Japón. A partir del siglo XIX, este estilo fue descubierto por Occidente, dejando una profunda huella en la historia del arte europeo y extendiéndose entre artistas como Monet, Renoir y Van Gogh.