
Obon, la festividad en honor a los antepasados
Del 13 al 16 de agosto se celebra el Obon (お盆), una de las festividades más importantes del verano en Japón. Estos días, las familias dan la bienvenida a los espíritus de sus antepasados, se reúnen para pasar juntos unos días y celebran rituales por el descanso de esas almas. Es crucial remarcar que, aunque se trata de una festividad para recordar a los difuntos, el Obon tiene un marcado carácter alegre y festivo, donde se canta y baila, y, además, es una buena oportunidad para disfrutar de unos días de verano en compañía de familia y amigos.
El nombre formal en japonés del Obon es Urabon’e (盂蘭盆会), palabra que proviene de la asignación de kanji al vocablo sánscrito uraban’na, que significa «colgar bocabajo». La razón de este significado procede de una leyenda budista en que, Maudgalyayana, discípulo de Buda, pidió consejo a su maestro cuando se enteró de que su madre estaba castigada a colgar bocabajo en el infierno. Buda le dijo que si celebraba un oficio en su memoria el día 15 de julio, la salvaría. Lo hizo y su madre se salvó. Por ese motivo, el 15 de julio del calendario antiguo, que la mayoría de regiones de Japón han trasladado a agosto al pasar al calendario moderno, se celebran rituales en memoria de los ancestros.
Antes que empiece el Obon, por lo común, el 7 de agosto, los familiares celebran el Nanukabon (七日盆), día en que se limpian las tumbas de sus ancestros. El día 12, justo antes de la celebración, se compra en mercadillos al aire libre todo lo necesario: flores, ofrendas, velas, etc. El primer día del Obon, el 13, las familias preparan en casa un estante, el shoryodana (精霊棚), para recibir a los espíritus. Luego visitan las tumbas de sus antepasados y rezan para que sus almas vuelvan a casa, pero para que no se pierdan, se enciende un fuego en la entrada de casa llamado mukaebi (迎え火) y se cuelgan farolillos. Como se cree que los antepasados vuelven montados en vacas y caballos, también se colocan berenjenas y pepinos pinchados con palillos como si fuesen las patas.





A lo largo de los días que tiene lugar el Obon, los espíritus de los ancestros están en casa, así que se les hacen ofrendas y se celebran distintos oficios en su memoria. Además, también es común visitar los shoryodana de otros familiares. En las noches del Obon se celebra un baile que posiblemente habrás visto en muchas películas japonesas, el Bon Odori (盆踊り), que proviene de una danza folclórica llamada nenbutsu (念仏) para dar la bienvenida a los espíritus de los difuntos. Cada región tiene un baile y música distintos, los cuales proporcionan una gran riqueza y variedad en la cultura japonesa. Por ejemplo, Hokkaidō es conocido por bailar la canción Sōran Bushi y en la prefectura de Shiga, la pieza Gōshū Ondo. Sin embargo, el baile más típico del Bon Odori es un grupo de personas girando alrededor de una tarima llamada yagura (櫓). Todos pueden participar en esta danza, así que, si tienes la suerte de verla, te animamos a vestir un yukata (浴衣; vestimenta tradicional de algodón), ponerte en el círculo y seguir lo que van haciendo los demás mientras bailas al ritmo de los taikos (太鼓; tipo de tambor japonés).
El último día del Obon, el 16, es el momento del adiós, el okuribon (送盆). En esta jornada, las familias participan en varios rituales para despedir las almas de sus ancestros. Por lo general, se enciende un fuego llamado okuribi (送り火) para que los espíritus vuelvan sanos al más allá. Es un procedimiento similar al mukaebi citado anteriormente. El carácter de mukae significa «recibir» y el de okuri «despedir», mientras que el carácter que comparten, bi (火), equivale a «fuego». De ahí su significado. De hecho, uno de los eventos más conocidos que tienen lugar en el Obon es el Gozan no Okuribi (五山送り火). En este, se encienden hogueras muy grandes en las montañas que rodean Kioto que, en algunas ocasiones, forman caracteres kanji y emblemas familiares.
Otra de las celebraciones más conocidas en este último día del Obon es el Tōrō Nagashi (灯籠流し), una procesión de farolillos que se celebra en ríos y mares. Esta también es una forma de guiar a los espíritus de los ancestros de vuelta al otro mundo. Esta costumbre también puede variar un poco dependiendo de la zona de Japón en la que se celebre y, entre ellas, una de las más conocidas es la de Hiroshima. Un momento visual muy mágico es cuando coinciden en una misma imagen el Gozan no Okuribi y el Tōrō Nagashi.
En definitiva, debido a la importancia del Obon, esta festividad ha sido retratada en varias ocasiones en la ficción japonesa, ya sea en el manga, el anime, el cine o la literatura. Por ejemplo, en el segundo episodio de la versión animada de El león de marzo (三月のライオン; Sangatsu no Lion), o en el anime La melancolía de Haruhi Suzumiya (涼宮ハルヒの憂鬱; Suzumiya Haruhi no Yuutsu). Además, en la película El tiempo contigo (天気の子; Tenki no ko) de Makoto Shinkai, la abuela Tachibana pide a los protagonistas que deje de llover para que el espíritu de su difunto marido pueda volver al otro mundo el último día del Obon. Como curiosidad, en esta escena hace un cameo Taki de Your name (君の名は; Kimi no Na wa).





