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Seijun Suzuki

En 2023 se celebró el centenario de uno de los directores de cine más innovadores e influyentes de la cinematografía japonesa: ¡Seijun Suzuki! Atrevido y personal, es uno de los grandes nombres del cine de serie B nipón y, además de director, también fue actor ocasional.

Seijun Suzuki (鈴木 清順), cuyo nombre real es Seitaro Suzuki (鈴木 清太郎), nació el 24 de mayo de 1923 en Tokio. A los 20 años fue reclutado por el ejército para servir en la guerra hasta 1946, cuando pudo volver a Hirosaki, Aomori, a completar unos estudios que había dejado a medias. Más tarde, entró en el departamento de cine de la Academia Kamakura y, en octubre de 1948, consiguió su primer trabajo como asistente de dirección en el estudio Ofuna de la compañía Shochiku.

Años después, Suzuki empezó a trabajar para la productora Nikkatsu, al principio también como asistente de dirección, hasta que hizo su debut como director en 1956 con Victory Is Mine, una historia de amor y gánsteres dirigida a un público juvenil. Aunque su trayectoria en Nikkatsu se vería marcada por una retahíla de altercados con la presidencia de la empresa, aquí es donde produjo gran parte de su filmografía.

Su tercera película, Satan’s Town (1956), fue su primera cinta de cine yakuza y la que vinculó su nombre al género para siempre. Por otro lado, en 1958 firmó por primera vez con el pseudónimo Seijun Suzuki una de sus obras, Underworld Beauty. Durante la década de los sesenta, el director estableció un ritmo de producción de entre tres y seis largometrajes por año y se dedicó a experimentar con técnicas narrativas, visuales y de dirección que se alejaban de lo convencional, mientras buscaba su propio estilo. El resultado de estos experimentos fueron algunas de sus obras más emblemáticas, como Youth of the Beast (1963), The Bastard (1963) y Tokyo Drifter (1966). Muchas de estas siguieron con la temática yakuza y estuvieron protagonizadas por Joe Shishido.

Lamentablemente, este período también dio inicio a los conflictos con el presidente de Nikkatsu, que presionaba constantemente al director para que se dejara de excentricismos e incorporara una narración sencilla y clara que se ciñera al estilo de las producciones habituales de la compañía. Después de dirigir 40 películas para Nikkatsu, la disputa culminó con el estreno de Branded to Kill (1967), que le costó el despido y casi la ruina a Suzuki. La película fue considerada demasiado radical y provocativa para la época… Pero como sabemos, acabó siendo una de sus producciones más conocidas e icónicas, considerada una obra maestra de vanguardia por la crítica.

La controversia limitó mucho la actividad de Seijun Suzuki durante la década posterior, pero volvió a la carga en 1977 con A Tale of Sorrow and Sadness, aunque a partir de entonces, sus estrenos serían mucho más espaciados en el tiempo. En esta etapa como cineasta independiente, dirigió otros largometrajes exitosos como Zigeunerweisen (1980), Yumeji (1991) y Pistol Opera (2001), la secuela de su célebre Branded to Kill. En los años 90, la fama de Suzuki se disparó cuando resurgieron en el panorama internacional algunos de sus éxitos pasados y, en gran parte, gracias al impulso de internet. Esto lo llevó a alcanzar estatus como director de culto y a convertirse en un referente para otros directores de renombre mundial, como Wong Kar-wai, Takeshi Kitano, Quentin Tarantino y Jim Jarmsush.

Seijun Suzuki es conocido por su estilo visual único y vanguardista, que a menudo desafiaba las convenciones del cine japonés de la época. Fue un maestro de la experimentación, del humor irreverente y destacaba su sentido del entretenimiento por encima de la lógica. A lo largo de su carrera dirigió más de 50 películas, muchas de las cuales son consideradas obras maestras del cine de serie B japonés.

En resumen, Seijun Suzuki fue un director visionario que desafió las convenciones del cine japonés y creó una obra innovadora y atemporal, y su impacto en la cultura pop internacional es indiscutible.