
Los siete samuráis
En 1954, se estrenó una de las mejores películas de la historia: Los siete samuráis (七人の侍; Shichinin no samurai), del maestro Akira Kurosawa (黒澤明), símbolo del cine japonés.
La historia transcurre en el siglo XVI, durante el periodo Sengoku (戦国, Estados combatientes). Unos bandidos asaltan y roban un poblado de campesinos en cada periodo de cosecha. Sin embargo, esto cambia cuando los aldeanos consiguen la ayuda de siete samuráis que juran defender la aldea de estos bandidos.
Como curiosidad, varios expertos argumentan que es de las primeras películas en la cual varios héroes se unen para llevar a cabo una misión.
Esta película fue una gran producción en su momento. No solo la dirigió el gran Akira Kurosawa, sino que actores de renombre de la época la protagonizan, como Toshirō Mifune (三船敏郎), Takashi Shimura (志村喬) o Daisuke Katō (加東大介). En ese momento fue la película más cara producida en Japón, con un presupuesto total de 125 millones de yenes (770.000 euros, actualmente). Asimismo, fue la segunda película más taquillera del país ese año y consiguió recaudar el doble de dinero, ascendiendo a un total de 268 millones de yenes (1.650.000 euros, actualmente).
Parte del alto presupuesto fue el largo calendario de producción: después de tres meses de preproducción, el rodaje se hizo en un total de 148 días repartidos a lo largo de todo un año, cuadriplicando el presupuesto inicial. El elevado coste, junto a la producción simultánea de Godzilla (ゴジラ), provocó que Tōhō cerrara la producción de la cinta, mínimo, dos veces. Además, Kurosawa se negó a rodar las escenas de la aldea en los estudios de Tōhō, tal y como hacían todas las producciones. Así, pues, hizo construir todo un plató en Tagata (田方), en la península Izu (伊豆半島). Su razonamiento era que eso influenciaba a los actores, mejorando la sensación de autenticidad.
Tōhō dio libertad creativa a Kurosawa y él lo aprovechó para experimentar con el uso de teleobjetivos para el rodaje, algo que era poco común entonces, y con el empleo de múltiples cámaras, lo que da la sensación al espectador de encontrarse en medio de la acción. Aun así, no nos podemos dejar un elemento clave de la película: la lluvia. El uso que hace de ella Kurosawa para marcar el tono de las escenas de acción es uno de los elementos visuales de Los siete samuráis que ha inspirado una gran cantidad de obras.
De esta forma, la película entró en competición en el Festival de Cine de Venecia, consiguiendo el León de Plata. A lo largo de los años, varios medios especializados la han incluido en sus listas de las mejores películas de la historia y, en 2018, fue la película de habla no inglesa más votada en la BBC. Su repercusión no solo se limita a las ventas y los premios, sino que ha tenido una gran influencia dentro de la industria cinematográfica. Se han hecho varias adaptaciones, siendo Los siete magníficos (John Sturges, 1960) el caso más conocido. Otros críticos también han visto similitudes en Bichos (John Lasseter, 1999) o en el universo Star Wars, especialmente en un episodio de The Clone Wars y The Mandalorian.
¿Has visto la película? Si es que no, te recomendamos verla encarecidamente. ¡No te decepcionará!






